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El 31% de los responsables de TI desperdicia la mitad de su gasto en la nube

Análisis de noticias
3 oct. 20257 minutos

Los sobrecostes de la nube son un problema cada vez más común para las organizaciones de todos los sectores. Si bien existen soluciones sencillas, requieren cambios culturales, no sólo tecnológicos.

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Créditos: Pandu Cahya / Pexels

Un informe de VMware concluye que casi la mitad de los responsables de la toma de decisiones de TI cree que su organización desperdicia más de una cuarta parte de su gasto en la nube, y alrededor de uno de cada tres (31%) afirma que el desperdicio supera el 50%.

Los sobrecostes de la nube son un problema importante en las empresas actuales según analistas y otros especialistas en la nube, pero culpan de ello a los desarrolladores y a la cultura de TI. Muchos observadores del sector sostienen que un cambio en la forma en que la organización concibe las inversiones en la nube podría reducir gran parte del problema del gasto en la nube, así como también facilitaría la adopción de una visión mucho más cínica del lenguaje de los contratos de la nube

En el informe, basado en una encuesta global realizada a 1.800 responsables de la toma de decisiones de TI, se puede leer que “la mayoría de las empresas coinciden en que los silos organizativos complican la gestión de la nube, lo que dificulta mantener la visibilidad, el control y la gobernanza en la nube pública”.

Si embargo, el director de investigación de IDC, Rob Tiffany, también considera que las relaciones de las empresas con los proveedores desempeñan un papel importante en los problemas de gasto en la nube.

A su juicio, “AWS y Google no son actores tradicionales de TI, por lo que Microsoft está tratando de enganchar [a las empresas]” a los entornos de nube de Microsoft, y algunos directores de informática de las empresas piensan: “Solo tengo que firmar y ya no tendré que pensar en ello”.

Los problemas y las soluciones de los costes de la nube

Tiffany señala la adquisición de Morpheus Data por parte de HP como una de las varias herramientas de gestión de costes de la nube que deben tenerse en cuenta, lo que le lleva a decir que “las empresas deben integrar de forma más agresiva las herramientas FinOps en sus operaciones, asegurándose de proporcionar acceso a casi todo lo que tenga que ver con la nube”.

Los directores de informática deben “buscar máquinas virtuales inactivas y que supongan un desperdicio. Puede que sólo esté utilizando el 3% de la máquina virtual o que los usuarios ni siquiera estén utilizando estas cosas”, dice Tiffany, para añadir: “Algo que hacen muchas empresas es no utilizar el software FinOps lo suficiente como para que sea los ojos y los oídos de los [recursos de la nube] desperdiciados y sin utilizar”.

De todas formas, Tiffany cree que encontrar un problema de utilización de la nube no servirá de nada si el contrato no permite realizar devoluciones por dichos descubrimientos.

Incluso si no se admiten dichos reembolsos, Tiffany anima a los directores de informática de las empresas a “revisar los registros de cuentas por pagar” para detectar cualquier compra en la nube, incluidas las compras en la sombra. De ahí que diga: “Si encuentra cosas que son un desperdicio, podría utilizarlas como ventaja con otra nube”.

Un problema que ha observado IDC es que las empresas compran herramientas FinOps sin darles suficiente acceso.

“Quiero que mi agente de IA inicie sesión en nuestro panel de control de AWS y encuentre duplicaciones y servicios no utilizados, y que se asegure de que puede hacerlo en todas nuestras nubes”, afirma Tiffany. Y apostilla: “Asegúrate de que las API estén expuestas para todos y cada uno de los servicios”.

Aun así, este especialista considera que la cultura corporativa, y en concreto la cultura de TI y de los desarrolladores, dificulta el análisis del gasto en la nube.

Se necesita una transformación cultural

Dice Tiffany: “Por lo general, a los directores de informática no se les recompensa por cosas tan minuciosas como esa, incluido el mantenimiento de sistemas antiguos” Y apostilla: “Se les aprecia por hacer cosas nuevas e innovadoras. [El seguimiento de la duplicación del gasto en la nube] no suele contribuir al avance de sus carreras”.

Sin embargo, hoy en día la IA basada en agentes puede marcar la diferencia. Históricamente, los directores de informática se han mostrado reacios a distraer a su personal técnico ya de por sí cargado de tareas con problemas de bajo coste. Pero asignar esas tareas de seguimiento a un agente virtual puede marcar una diferencia clave.

Según Tiffany, en el pasado, los directores de informática se han encontrado con resistencia. “No tengo personal para eso”. Pero la IA basada en agentes cambia las reglas del juego. Ahora los directores de informática pueden abogar ante los responsables de recursos humanos y los directores generales para que incentiven la búsqueda de estas ineficiencias y tal vez cambien sus estructuras de bonificaciones”, admite.

Matt Kimball, vicepresidente y analista principal de Moor Insights & Strategy, anima a los directores de informática a tener en cuenta todas las formas de nube, incluidos los contratos SaaS, que a menudo se pasan por alto. Eso le lleva a preguntarse: “¿Se incluyen esos grandes contratos con Salesforce?”.

Moor ha encontrado muchos clientes CIO “que han contratado instancias demasiado aprovisionadas gastando demasiado dinero en [recursos en la nube] que nunca utilizarán”, reconoce Kimball, y ofrece un ejemplo de cómo una adición única a la nube se transforma silenciosamente en un cargo anual continuo.

“Su representante de Oracle le dice que necesita este módulo que nadie utiliza nunca. Y ahora aparece en el contrato cada año. Antes de que se dé cuenta, se ha convertido en una cuota recurrente”, afirma Kimball, para añadir: “Recuerde que racionalizar el gasto en la nube es una tarea constante”.

Mark Troller, director de informática de la empresa de gestión de gastos Tangoe, anima a los directores de informática a no obsesionarse demasiado con los porcentajes de desperdicio que recoge VMware en el informe.

“No me obsesiona si el desperdicio de la nube es del 30% o del 50%. El verdadero problema es la definición. Contando únicamente la computación o el almacenamiento no utilizados, el 50% parece exagerado”, afirma Troller. “Pero cuando se incluyen las ineficiencias indirectas que veo todos los días —prosigue—, como las licencias SaaS duplicadas, el gasto en TI en la sombra, los entornos inactivos o las cargas de trabajo mal diseñadas que aumentan los costes de red, es probable que el verdadero desperdicio sea mayor”.

Roman Rylko, director técnico de la consultora informática Pynest, también considera que los excesos de corte de la nube son habituales.

En su opinión, muchos directores de informática tienen la sensación totalmente justificada de que la mitad de sus costes de nube se desperdician. Por ejemplo, implementaron un entorno para un proyecto y se olvidaron de apagarlo, o reservaron capacidad adicional que permanece inactiva. Lo que a menudo resulta irritante son las estructuras de facturación opacas de los proveedores. Sin una supervisión constante y un enfoque FinOps, es casi imposible comprender dónde se gasta exactamente el dinero”, dice este especialista.

En este sentido, cita el caso de un cliente reciente “en el que los entornos de desarrollo funcionaban las 24 horas del día, los 7 días de la semana, aunque el equipo sólo los utilizaba durante el horario laboral. Un programa automatizado para apagar los entornos por la noche y reiniciarlos por la mañana supuso un ahorro de dos dígitos ya en el primer mes”.

Rylko argumenta que este tipo de anécdotas son la razón por la que considera que “la cuestión de la optimización de la nube es financiera y también cultural. Si los ingenieros no comprenden que cada una de sus máquinas virtuales o contenedores cuesta dinero, ningún informe del director financiero servirá de ayuda. Las estrategias eficaces incluyen hacer que los equipos de ingeniería se responsabilicen del gasto y asegurarse de que comprenden el impacto que tienen sus recursos en los costes”.